ANÉCDOTAS DE SANTOS
Anécdota n°98
San Gema Galgani - Súplica por un pecadorCierta vez, la santa le pedía a Jesús por un pecador: - Jesús, ya que has venido, vuelvo a suplicarte por mi pecador. Es hijo tuyo y hermano mío, sálvalo, Señor El Señor, queriendo obrar como justo juez, se oponía a las recomendaciones de su sierva; pero ésta, sin desanimarse, le decía: - ¿Por qué no me escuchas hoy? ¡Has hecho tanto por un alma sola!.. ¿Y no quieres salvar ésta? ¡Sálvala, Jesús, sálvala…! Está bien; pero Jesús, no hables así.. La palabra ‘abandono’ en tu boca, siendo como eres la misma misericordia, suena tan mal, que no debes decirla. Derramaste tu sangre sin medida por los pecadores, ¿y quieres ahora medir la cantidad de nuestros pecados?” El Señor, a fin de mostrar a su sierva los poderosísimos motivos que tenía para resistir, le manifestó una por una y con sus menores detalles las culpas de aquel pecador… - Lo sé, Jesús, lo sé. Muchas son sus faltas, pero más he cometido yo y me perdonaste. Sí, lo confieso, no merezco que me escuches. Pero te voy a presentar otra intercesora por mi pecador. Es tu misma Madre quien ruega por él. ¿Dirás ahora que no a tu Mamá? A Ella no le puedes decir que no. Ya puedes contestar que has perdonado a mi pecador. Luego, decía: - Está salvado, está salvado, Jesús, venciste. Triunfa, triunfa siempre y triunfa así. Muchas veces Jesús quiere nuestra constante intercesión, como nos invita en la parábola del amigo insistente... |
"Cuando se hace bien, la oración conmueve el corazón de Dios y le invita, siempre más, a acoger nuestras súplicas."
(San Pio de Pietrelcina)