¿Cómo te podré agradecer?
Santa Teresa se sentía inundada de la bondad de Dios. Entonces le pregunta a Nuestro Señor:
- Señor mío, ¿cómo te podré agradecer?
Nuestro Señor le contestó:
- Asiste a una Misa.
Por eso tienes tan pocos amigos...
Cuentan que se quejaba un día Santa Teresa de lo mal que la trataba el Señor con enfermedades, problemas, arideces...
A lo que Jesús le dice...
- Teresa, así trato yo a mis amigos.
Teresa, con mucha gracia, le responde...
- Ah, Señor, por eso tienes tan pocos.
Servir y aprender...
En medio de la reforma del Carmelo, fue nombrada como superiora de un convento en el cual las religiosas estaban tan negadas a obedecerle, hasta el punto que su sola presencia producía ataques de histeria en algunas.
Santa Teresa comenzó por explicarles que su misión en la reforma no consistía en instruirlas y guiarlas con el látigo en la mano, sino en servirlas y aprender de ellas:
- Madres y hermanas mías, el Señor me ha enviado aquí por la voz de la obediencia a desempeñar un oficio en el que yo jamás había pensado y para el que me siento muy mal preparada... Mi única intención es serviros... No temáis mi gobierno. Aunque he vivido largo tiempo entre las carmelitas descalzas y he sido su superiora, sé también, por la misericordia del Señor, cómo gobernar las carmelitas calzadas.
De este modo, se fue ganando la simpatía y el afecto de la comunidad, y le fue menos difícil restablecer la disciplina entre las carmelitas calzadas...
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